Elecciones

Por el poder que me confiere la ciudadanía europea (más conocido como el poder de Grayskull) acabo de votar a la alcaldía de Múnich. He encontrado las siguientes curiosidades en estas elecciones al compararlas con las españolas:

  • Votaciones separadas a concejo y alcalde.
  • Listas abiertas, es decir, un papelón enorme lleno de partidos y nombres, donde se puede marcar individualmente hasta 80 concejales de cualquier partido.
  • Se puede votar a un candidato a concejal más de una vez, hasta 3 veces. Supongo que está organizado de esta manera como efecto secundario de las listas abiertas, para que los partidos minoritarios (y con menos candidatos) puedan tener el mismo peso que un partido mayoritario.
  • Junto al nombre de cada candidado, figura su profesión o estudios, detalle que me parece muy importante para saber quién te representa mejor.
  • Lo que no me ha sorprendido ha sido encontrar los habituales partidos nacionalistas/racistas, poniendo las fronteras en la ciudad de Múnich, en Baviera, en Alemania, en Europa, en el idioma, en el cristianismo o en la marca de coche. Y no me ha sorprendido porque ya había recibido propaganda electoral en mi buzón, a pesar de que mi apellido suena más italiano que tedesco. La «Iniciativa Ciudadana para Frenar a los Extranjeros», por ejemplo, se queja de que la criminalidad por parte de extranjeros es un tema tabú, de que la mitad de los niños de menos de 5 años tienen «pasado migratorio» y de que no quieren una mezquita en Múnich. Tema complicado el de la inmigración y la integración.

    Siguiendo con el derecho a sufragio, ayer voté en las elecciones para las

  • 1 persona, 1 voto. Por el sistema de circunscripciones combinado con la ley d’Hondt, lo que finalmente decide es una entidad virtual y completamente artificial llamada provincia, dando como resultado que el voto de un melillense valga hasta 6.5 veces más que el de un madrileño.
  • Listas abiertas, para no tener que elegir familias enteras al votar a un partido y poder seleccionar candidatos de diferentes (esto ya es posible para el Senado).
  • Que la gente vote al partido cuyas ideas comparta, aunque sea minoritario, no a la oposición para eternizar el sistema bipartidista de Cánovas y Sagasta.
  • Que los carlistas, falangistas y comunistas dejen de lado sus ideologías anacrónicas y fracasadas y se inventen algo nuevo. La gran paradoja de la democracia: que permita participar a partidos abiertamente antidemocráticos.
  • Que las papeletas incluyan fotografía de los candidatos, para poder aplicar todos mis prejuicios.
  • Poder elegir al Presidente de la República.