Hace pocos días, leí esta tira del genial xkcd:
Como buen friki, me propuse hacer un experimento parecido al sugerido, pero combinando:
- Gafas de lectura, concretamente unas de 7 € y +3.00 dpt del Müller.
- Una cartulina.
- Smartphone, un Samsung Galaxy S de esos que Apple odia con locura.
- Vídeos 3D de YouTube en modo «visualización en paralelo», como el siguiente o cualquiera de los que contienen la etiqueta «3D».
El principio es muy básico: el vídeo muestra dos imágenes, una para cada ojo. En un monitor normal, es muy difícil que cada ojo se concentre solamente en su imagen. Sin embargo, sí será posible si la imagen llena todo el campo visual de cada ojo, como hacían las gafas 3D de los 90 («head-mounted displays») con una pantalla por ojo, o los visores estereoscópicos que surgieron en el siglo XIX.
Hoy en día, un smartphone permite reproducir vídeos de alta calidad en un área tan reducida como los «head-mounted displays», así que la idea es la misma. Sin embargo, el ojo humano no es capaz de enfocar a distancias muy cortas (al menos 15 cm en adultos), por lo que es necesario utilizar las gafas de lectura que, de la misma forma que un objetivo macro, reducen la distancia de enfoque a unos 10 cm, de forma que la imagen llena realmente el campo de visión. A mayor potencia de las gafas (más dioptrías), más cerca se podrá enfocar.
Finalmente, para facilitar la tarea al cerebro, se coloca la cartulina perpendicular a la pantalla, justo en la división entre las dos imágenes. De esta forma, el ojo izquierdo no ve la imagen del derecho y viceversa, evitando imágenes múltiples.
Y listo, el smartphone ya sirve para una cosa más.
Nota: las gafas de lectura pueden dar un mareo interesante, especialmente si son malillas y no están graduadas, así que yo no recomendaría este sistema para ver una película de 2 horas.