Desde el 1 de septiembre de 2007 rige en Alemania la Nichtraucherschutzgesetz, ley que se reafirma a través de los Estados Federales, que deben regular el ámbito de aplicación. En el Estado Libre de Baviera, la entrada en vigor tiene lugar el 1 de enero de 2008, envuelta en discusiones sobre si la Oktoberfest se vería afectada o no.

La nueva ley antitabaco, como ya se intuye por su nombre (Nicht = no, raucher = fumador, schutz = protección, gesetz = ley), busca proteger a los fumadores pasivos, aquéllos que tenemos que tragarnos el humo asqueroso que ha pasado por los negros pulmones de seres con dedos amarillentos. Según la ley, si algún fumador se acerca a menos de 1 metro de un no-fumador, el segundo estará en su derecho de utilizar su arma reglamentaria para acabar con el sufrimiento del primero.

Bien, es posible que la ley no sea tan estricta, pero al menos llega a niveles tan extremos como Irlanda o Italia, donde no se permite fumar en restaurantes, tabernas, bares y discotecas, aparte de los lugares de trabajo, hospitales, centros comerciales, etc.

De ahí la polémica sobre la Oktoberfest (y la Frühlingsfest, y la Starkbierfest…). Una fiesta de perdición como ésta, donde la principal atracción son los vicios, vería cómo uno de los fundamentales, el fumar, se va a acabar. Ha habido gente que se ha preguntado cómo exactamente se piensa aplicar esta medida en un caseta con 7000 animales borrachos, donde fuera esperan otros cientos de personas, ávidas por convertirse también en animales borrachos, que hacen prácticamente imposible salir para darse a los vicios en la calle.

Por lo que leo en la prensa, la CSU se ha decidido por la vertiente más estricta. Por comparación, en el estado vecino de Baden-Württemberg, la ley -que entró en vigor el 1 de agosto de 2007- no se aplica en Festzelten (casetas de feria), aunque sí en discotecas.

En el último paseo por España, hemos podido comprobar que la ley antitabaco allí es un chiste. La ley establecía que los locales con menos de 100 m² de superficie podían elegir si permitían fumar o no. En la práctica, parece que todos los restaurantes y bares de tapas tienen menos de 100 m², que todos permiten fumar y que España está llena de maleducados a los que no les importa fumar mientras los demás comen.

Esperemos que la ley bávara no sea un fracaso y no haya que dejar más la ropa en el balcón para que pierda el olor a tabaco cada fin de semana.